2015-05-08
Las células madre -contenidas en la sangre del cordón umbilical de un bebé- tienen la capacidad de dividirse indefinidamente y también de diferenciarse para producir células especializadas. Esta capacidad les permite ser la fuente ideal de células madre para trasplante de médula ósea y se utilizan con este objetivo desde el año 1988 ya que su recolección a partir de la sangre remanente en el cordón umbilical y la placenta luego del parto es totalmente inocua e indolora tanto para la madre como para el recién nacido.
La posibilidad de regeneración no sólo se encuentra limitada a los componentes de la sangre sino que también son capaces de transformarse en otras células vitales para el organismo tales como neuronas, células cardíacas, hepáticas, del páncreas, etc., por lo que están siendo utilizadas (aún en forma experimental) en diversas enfermedades en niños tales como parálisis cerebral, autismo, sordera congénita, fisura palatina, labio leporino, etc.
Al ser estas células 100% compatibles con el recién nacido, su guarda le asegura a ese niño el contar con una fuente de células madre sin riesgo de rechazo para un eventual uso futuro. Además tienen una alta posibilidad de ser compatibles con un hermano.